Nosferatu me pilló a trasmano. No estoy entre las personas que conocían su versión de 1922 y fui a verla sin saber muy bien qué me iba a encontrar. Y lo que vi me gustó, así que supongo que a los seguidores de la versión antigua debió de parecerles una obra maestra (las críticas parecen ser muy buenas). 

En el mundo literario también he sentido cierto hype en el 2024 con el regreso del mito vampírico. Han salido algunas novedades de libros bastante potentes con esta figura como elemento central y preveo que su estela llegue hasta 2025 aunque, siendo sinceros, ¿cuándo han dejado de interesarnos realmente los vampiros?

Es por ello por lo que hoy os traigo una novela vampírica que se aleja de la corriente más juvenil del género y que se acerca, quizás, a un imaginario más meditado como el de la película de Nosferatu. Se trata de El retrato del depredador y es de Miguel Rivera. 


vampiro Nosferatu


Lo primero que me gustó de esta lectura es su narrativa mucho más madurada. Me sonaba a vampiro clásico, despiadado, sin edulcorantes. Además, estamos en 1989, muy a finales de siglo pasado todo, y nos ubicamos en Ángara, al este de Europa. y ya sabemos qué pasa al este de Europa. En Ángara, un joven aristócrata vive con su hermana en un pequeño pueblo. Él ha encontrado lo que se llama Libro de los Historiadores en donde se habla de unos seres que se acercan mucho al mito europeo del vampiro. Lo que no sabe es que también se va a encontrar cara a cara con uno. 

La fecha en la que se desarrolla la novela me parece importante porque el autor transmite muy bien ese fin de siglo, en donde se tema, por ejemplo, que el siglo XX no aguante el paso del tiempo. 

Así comienza la historia. Llena de referencias noventeras tanto cinematográficas, como literarias y de otra índole cultural. Incluso se habla de Regreso al futuro, ojo a eso. Pero todo el foco es puesto sobre estos dos hermanos, tan, tan peculiares. Isaac y Eleanour. Ella me encanta. El autor le ha otorgado un tono de melancolía y descuido, como de Madame Bovary clásica, que la hace carne de cañón para esta historia. 


«Eleanour era una mujer tradicional, solo que con un carácter fuerte e incluso masculino».


No es una historia de romance. Ni tampoco de héroes. Miguel Rivera explora el lado oscuro de la mente humana en El retrato del depredador con una propuesta muy atractiva: dos hermanos, con una relación muy rara e íntima, sembrarán el caos por toda Europa en pleno auge del vampirismo. 

Hay párrafos buenísimos y me parece que está bien documentado. Se nota que el autor escribe sobre un tema que le gusta y del que se ha empapado anteriormente desde otras fuentes. Además, cuida los detalles, como contarte cuántas balas tiene una pistola que el protagonista lleva encima (son seis). Y ya sabemos que el demonio está en los detalles. 



Voy a dejar claro algo: Si te gustan las novelas de vampiros sin que te distraigan con tramas secundarias, tu libro es El retrato del depredador. Si tú lo que quieres son vampiros puros y duros, disfrutar del mito, de la estética, del goticismo, del ambiente, de la crueldad que desprende el vampiro primigenio (como Nosferatu), este es tu sitio.


«Tú y yo... caeremos juntos».


Hay dilemas morales, no todo va a ser sangre. Y en nuestro protagonista principal, Isaac, lo vamos a experimentar muy bien. Sin embargo, mis partes favoritas son escenas de tensión (y no sé si sexual) entre los hermanos. Es desconcertante porque Miguel Rivera plasma un amor fraternal muy íntimo e incluso obsesivo con alguna que otra escena pseudo erótica que me lleva a pensar que si el autor quisiera desarrollar un argumento vampírico más romántico y con más erotismo, sería un bombazo. Cada vez que estos dos se acercan, saltan chispas y no dejan de ser hermanos con la ruptura de la ley de sangre que eso supone en cualquier sociedad moderna. Pero también nos deja con la miel en los labios, creo que el tema romántica no es algo que quiera explorar ahora mismo Rivera. 

El retrato del depredador de Miguel Rivera es un libro que habla del mito vampírico más clásico y en donde el foco está puesto sobre todo en la exploración del lado oscuro de la mente, en los límites, en los dilemas morales, de la mano de una pareja de hermanos cuya relación es muy explosiva (tanto para defenderse y amarse -¿fraternalmente?-, como para llevar al extremo su agresividad). Me ha encantado y me ha parecido un buen momento para recomendarla junto a la vuelta de otros entes chupasangres como Nosferatu.