«En todas las familias hay uno por lo menos», nos dice Saralamusa. «¿El qué?», te preguntarás. El monstruo. Y, si no lo hay, eres tú.
A veces pienso que hay un tipo de literatura que está careciendo cada vez más de creatividad y no quiero meterme, incluso, en el terreno de las inteligencias artificiales. A veces, puede haber creatividad, pues la idea surge del sujeto, pero si no se explora, si se deja que sean otros quienes moldeen dicha idea, lo creativo se queda cojo. ¿Y por qué digo esto? Porque para hablar de Monstruo de Saralamusa debemos hablar de creatividad y de exploración, de la profundización en una idea-garabato de la que han ido saliendo muchas otras ideas-garabato. Los monstruos.
Monstruo es un libro de unas 173 páginas compuestas por textos y versos, divido en tres partes (llamados actos) más el epílogo. La primera está compuesta solo por versos, la segunda solo por relatos, y la tercera mezcla ambas cosas. Me gusta la palabra «cosa» para referirme a este libro porque abarca un terreno amplio, concreto y abstracto, como Monstruo y, además, siempre me ha parecido que una cosa incluye a otra cosa y esa cosa a su vez a otra cosa. Como la lectura.
¿Pero de qué habla Monstruo? Diría que es el último cajón de la cómoda ahora abierto de la autora, lleno de trastos, de cosas que se han ido acumulando, de pelusas y recuerdos. Porque en Monstruo, Saralamusa vierte pensamientos y sentimientos más o menos digeridos que incluyen un pasado y un linaje, pues no solamente se refieren a ella misma, sino también a sus antecesores, y creo que es un espejo en el que nos podemos ver reflejados muchos. El acto creativo para mí reside en que, en muchos casos, Monstruo parece un episodio de escritura automática que se ha convertido en canción por elaboración artística y lo que podría haber sido un batiburrillo de ideas sin más es una obra muy cuidada, también trabajada, que no solo te aporta la visión de quien lo escribe, sino que también te permite interactuar a ti mismo o misma con una idea-garabato-monstruo interior.
El papel de la madre tiene mucho peso. De hecho, en el segundo acto hay todo un cuerpo dedicado a ella, una descripción milimétrica de momentos muy exactos de la biografía de una madre. Son momentos muy exactos, como indico, pero también muy cotidianos. Detalles de una madre. Quehaceres de una madre. Luces y sombras de una madre. Su madre, interpreto. Y me pongo en la piel de Saralamusa cuando dice «Soy la sucia y la desgastada/la triste/ la que no sabe nada» (he escogido un verso al azar porque realmente cualquiera de ellos podría hablarnos) y entiendo lo difícil que debe ser radiografiar una figura de autoridad y de vida como es la mamá desde el desgaste. En todas las familias hay un monstruo (y no siempre es una persona), que nos hace mirar debajo de la cama y nos deja sucios, tristes, y desgastados. Creo que para escribir Monstruo Saralamusa ha mirado debajo de su cama.
Los versos de Monstruo que llegan hasta el primer acto y todos los que este incluye me han representado. Me gusta el estilo de Saralamusa. Pensé en varias personas de mi entorno para las que podrían ser grupos de palabras vitaminas. Algunos son más amplios y otros más cortos. En este último caso puedes pensar (sé que hay quien lo piensa), «¡Uh! Un verso de tres líneas, qué escasez de material para conformar un libro», pero en Monstruo hay muchísimo contenido. Además de la mezcla entre prosa y verso, hay un cuerpo artístico que merece la pena disfrutar.
Monstruo de Saralamusa me ha conquistado por su sencillez y su energía. Hay encerrado en el libro un fuerte compendio de todas esas cosas que escribimos y luego tachamos, para que me entendáis. Con una musicalidad que parece representar a esta autora, se enfrenta al cuerpo-dolor, un término que he aprendido leyendo su libro, y llegamos hasta las raíces de ese inconsciente colectivo del que todos formamos parte. En lo particular, Saralamusa ha explorado ese pasado, esa relación paterno y materno-filial, esa sombra, mancha, garabato de vida que nos acompaña. Y en ti crea y remueve cosas. Cosas que incluyen cosas que a su vez incluyen otras cosas ;)
¡Por cierto! No te vayas sin llegar hasta la última página de Monstruo y descubrir el arte de César Yagüe. Un código QR que ¡verás que sorpresa! A mí me acompaña ahora en mis mañanas de trabajo.
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