Qué buen rollo me da cuando llega a mis manos una obra cañera, bien escrita y con calidad literaria de sobra para cosechar buenas críticas y buena prensa. Yo no voy a ser menos, le daré muy buena nota, porque El mañana nos pertenece de Jaime Pérez de Sevilla es un potente argumento en donde se nos descubren los resortes de una sociedad desquiciante contagiada de miles de plagas, entre las que se encuentra el racismo.
Lo primero que pensé cuando comencé a leer el libro de Pérez de Sevilla fue «joder, qué fuerte», porque los personajes son bastante racistas. Hay que tener cojones u ovarios para llevarse bien con unas creaciones literarias de esta índole. Además, el autor no infantiliza el racismo, sino que lo escenifica sin miramientos, con toda la crudeza que supone. Así, una de las primeras escenas, de las más costumbrista, nos describe a una familia alrededor de una mesa que le explica a su hijo pequeño por qué no puede gustarle una «negrita». Aquí podemos apreciar ya la destreza narrativa de Jaime al mostrar el contraste entre la inocencia del niño, que se siente atraído por una niña de su clase (sin importar el color de su piel) con los prejuicios de sus padres, a los que nos cuesta imaginar como dulces infantes por la cantidad de metralla que tienen ya dentro de la cabeza. Pero hay más. La actuación de nuestros personajes, que son, por cierto, bastante protagonistas, convence al lector de lo muy normalizado que tienen el racismo en sus vidas.
Pasando a otro tema, aunque retomaré a continuación los comportamientos discriminatorios, no hay un solo personaje anodino en toda la trama. De hecho, cada personaje es bastante fundamental, así que como lectores responsables que somos, no deberíamos perder de vista a ninguno de ellos, pues sus destinos serán jugosas sorpresas literarias. Podéis imaginar, entonces, la importancia que toma aquí la psicología y, más allá de eso, la caracterización de cada uno de ellos. Cómo visten, qué conducen, a qué huelen, qué música les gusta... Aunque no comulgue con la forma de pensar de muchos de ellos, me ha gustado darme una vuelta en una pick up escuchando trash metal bajo un sol abrasador que solo estaciona para pillar un paquete de cigarrillos y unas cuantas latas de comida basura en la gasolinera de turno, en donde hasta la dependienta tiene un papel relevante. Muy buena puesta en escena de Pérez de Sevilla en El mañana nos pertenece.
El grueso de nuestro libro pertenecen a un grupo denominado el Ejército de las Catorces Palabras (E-14), una facción del Ku Klux Klan que no, no existe ni ha existido, al menos que yo sepa, pero que parece tan documentada en esta novela que he tenido que buscarlo. Así, me he encontrado con lo que se llama Fourteen Words, una expresión metafórica nacionalista blanca basada en un eslogan de David Lane y que consiste en catorce palabras que deben ser repetidas por los proponentes del supremacista blanco. David Lane, por cierto, sí aparece en la trama. Tenemos el escenario compuesto, ¿verdad?
Así que, con estas presentaciones, parece que todo va sobre odio y racismo y tipos con capuchas puntiagudas, pero es solo un elemento más porque, como digo al principio, en El mañana nos pertenece hay miles de plagas y el autor procura enseñar un puñado de ellas. La obra comienza mucho antes de que el niño pequeño exponga a su familia que le gusta una chica negra de su clase, pues lo hace con el asesinato a una joven afroamericana perteneciente a un barrio conocido como Little Harlem. Ha sido brutalmente asesinada y violada con la rama de un árbol. Podría ser obra de uno de estos supremacistas, ¿no creéis? Destila mucho odio. Y, además, alguno de estos tipos, los del E-14, han rondado por la escena del crimen.
Realmente, llegué a un punto de la historia en donde encontrar al asesino no era mi mayor interés. En cuanto el asesino, de hecho, apareció en la novela, supe que era él. Pero qué más daba, si lo que mostraba Pérez de Sevilla era aún más grande que todo eso, era el Parlamento en llamas de V de Vendetta. Por supuesto, tenemos a una pareja de polis, Hopper y Riss, que se llevan regular entre ellos, que uno es el veterano borracho y otro es el que guarda las formas porque aún es joven e inexperto. Ellos investigarán todo lo que va acaeciendo, porque la cosa se complica y mucho. El pueblo quiere venganza. El pueblo toma venganza. Y los malos siguen a salvo.
Los malos. Ay, Eva. No pienses en los malos. Si algo tengo que reprochar a Pérez de Sevilla es que odio cuando en una obra no se hace justicia, aunque supongo que es necesario para que ese Parlamento en llamas se muestre tal y como es. Son necesarios ciertos finales cuando la parte oscura de la naturaleza humana se desea retratar tal y como es. Así que si sentís lo que yo al terminar el libro, morded un cojín.
También he descubierto que El mañana nos pertenece como título tiene su explicación dentro de la obra como metáfora y también como elemento decorativo. Estos detalles me gustan, es elegante que un escritor piense en ello.
En resumen, El mañana nos pertenece de Jaime Pérez de Sevilla es un libro alucinante, cañero y muy bien escrito en donde los malos son muy malos y los buenos son también muy malos, para qué vamos a engañarnos. Además, es una novela en donde se pierde el hilo, las formas y la compostura cuando se asiste a la injusticia, que te hace reflexionar, que te da un puñetazo en toda la jeta. El final es agrio, pero en él también te das cuenta de que ya no sabes de parte de quién estás. Pérez de Sevilla ha hecho aquí cosas muy grandes y, supongo, que las seguirá haciendo porque apunta genial. Así que espero que esta obra no pase desapercibida.
1 Comentarios
Me encantó! Sin duda voy a leerlo
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