He topado con una obra bastante curiosa dentro del género de la ciencia ficción. Es cierto que la literatura sobre clones ya está inventada, pero la forma en que se plantea en Nueve punto cinco de Aldonza González es diferente.
En primer lugar, es una lectura que puedes leer en una sola tarde si te lo propones. Comienza con un prólogo muy bueno. El lector se adentra en un mundo que ha cambiado. Una mujer baila bajo una lluvia... ¿ácida? O algo así. Y todo ello te adelanta que algo va a ocurrir. Posteriormente, cambiamos de escenario, un poquito bruscamente desde mi punto de vista, y llegamos a los laboratorios Edelweiss Genetics, que se dedican a la creación de clones para alargar la vida de las personas. En este caso, sin embargo, ha ocurrido un fallo. Aquí se nos dan pinceladas de información que nos pueden pillar a trasmano. Hubiese dejado estos datos para más adelante, pero pronto centramos la trama con Nueve punto cinco, nuestro protagonista, el clon fallido de memoria incompleta, que se acaba apodando así mismo como Gaia Martínez en el momento en que le comunican que debe vivir de incógnito en España, un país que desconoce, hasta que puedan reemplazarle.
Cabe destacar que aunque quedan satisfechas las explicaciones sobre el nuevo mundo y la creación de clones, las píldoras de información son breves y a veces he echado de menos algo más de worldbuilding.
He sentido esta novela, sobre todo, como un diario de Nueve punto cinco, con sus experiencias durante el periodo de vida que le otorgan antes de que sea reemplazado. Guarda, sin embargo, un bombazo al final. Hay historia de amor también. Y sorpresa. Pues Nueve punto cinco es el clon de una mujer casada, por lo que... ¿Cuál es el papel que jugará el marido en la trama? Debo reconocer que me ha faltado que el nudo de la historia esté más anudado, que exista una anticipación del conflicto más clara, porque sino adopta sobre todo la forma de diario como ya he comentado y le resta algo de chicha al asunto. Pero nada que le reste interés a la obra y que la impida ser entretenida.
La vida de Nueve punto cinco va a terminar, por lo que en el lector se crea también una pequeña crisis existencial. ¿Tiene asumida su condición como clon? ¿Cómo es conocer el día de tu muerte? ¿Realmente a eso se le puede llamar muerte? Aldonza González usa también el argumento para hablar de otros temas. A mí todo este entramado de clon cuya vida se acaba y que gira bruscamente al cerrar el libro es lo que más me ha enganchado. Después, mejoraría algunos flecos, pero como lectura e inmersión de González en la scifi, con frescura y naturalidad, ¡está muy bien conseguido!
Nueve punto cinco de Aldonza González es una obra diferente, con sus giritos, y, sobre todo, con esos planteamientos que a todos nos hacen pensar.
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