Reseña del libro «Madrid me mata» de Elvira Sastre, para reconciliarnos con las ciudades de nuestra vida.

Si te estás preguntando por qué estoy publicando tan a cuentagotas, se debe a que he dado positivo en eso que tú ya sabes y que yo no quería ni ver. Así que ahora paso mis noches teniendo pesadillas con finales catastróficos porque el miedo, en muchas ocasiones, es más fuerte que la enfermedad. Por suerte, los libros están ahí para sanarnos, aunque no puedas reseñarlos inmediatamente. Y los libros de Elvira Sastre son una especie de bálsamo. Si con ellos hay, además, una ciudad como Madrid, mi gran dragona de fauces abiertas, el kit medicinal está completo.

Mi historia con Madrid es de nacimiento. No soy madrileña, pero Madrid me salvó la vida, literalmente. Nací con una cardiopatía congénita y en cuanto el médico puso la oreja sobre mi pecho, me mandó a la capital. He perdido la cuenta de las noches que desde UCI he admirado un skyline perfecto como una privilegiada con vistas (miento, sí que las he contado en Cura mi corazón), o de las mil y una huidas que para mí suponía simplemente respirar el aire de la ciudad de vuelta a casa. Así que cuando vi que el nuevo libro de la segoviana Elvira Sastre se titulaba Madrid me mata, tuve un flechazo. Porque vaya que si Madrid te mata. Lo que pasa que, como dice Sabina, hay amores que nunca mueren ;)

Madrid me mata de Elvira Sastre es el diario de un despertar según nos cuentan en la portada del libro. La fajilla reza que, además, entraría en los libros más personales de la escritora y que mezcla la reivindicación con la intimidad y ternura con la que ella siempre adereza todos sus textos. Está dividido por estaciones y les damos las vuelta varias veces. Me gusta que Sastre haya ido narrando su relación con Madrid en distintas épocas del año porque aunque Madrid muta de minuto a minuto, el paso de las estaciones es muy evidente sobre ella. Comienza así en otoño y Elvira consigue ya, desde la primera página, poner Madrid en alto. 

Hay frases escritas directamente para hacer diana, aunque esto ya lo sabemos los que seguimos la trayectoria de Sastre porque ¿quién no ha compartido alguna vez una de sus frases por redes sociales para salvarse el día o salvárselo a alguien? Creo que en Madrid me mata se suceden con mucha más intensidad y da igual que odies o admires a esta gran ciudad (yo todavía no lo he decidido), porque habla de todas las ciudades que nos han matado para resucitarnos después y cada párrafo es una rutina de asfalto que más o menos conocemos. Incluso si eres de un pueblo. 

El libro tiene muchas fotitos, muy inspiracionales, y era un poco instagrammer por momentos. Eso me ha gustado mucho. Además, el amor de Sastre por los animales ha hecho que en Madrid me mata haya gran protagonismo de sus amigos perrunos y de otros tantos amores y causas con las que está comprometida. Los textos son cortos, pero tienen un corazón muy grande.

Por último, comentar que podemos vivir con Elvira la pandemia en esta gran ciudad y, aunque da un poco de vértigo asomarse ahora después de todo, vas con pies seguros. Todo es un aprendizaje en esta vida escondido entre las manos que aplauden, los balcones llenos, las calles vacías. Y la autora lo sabe.

Muchas veces, en literatura decimos eso de que la ciudad es una protagonista más de la historia. Siempre me ha parecido muy trillado, aunque yo misma uso la coletilla muchas veces. La biografía emocional que Elvira Sastre hace en Madrid me mata sería algo así, poner a la ciudad como protagonista, pero merece mucho más la pena que una simple frase cliché porque en los otoños, las primaveras, los veranos y los inviernos de Madrid todos nos hemos encontrado alguna vez, física o de manera abstracta, y ponerle palabras es necesario. En este caso, Madrid tiene ubicación en el mapa y, a veces, lo ocupa todo. Por eso, le han cantado mucho y muy bonito, y, por eso, Sastre se une a los acordes de esta eterna canción.