Se llamaba Doña Clota, era una mujer muy voluminosa, sumamente pulcra y limpia, luchando constantemente con el desorden y la mugre que le hacían entre su familia y los perros. A diferencia de su marido, era una mujer amable, buena y cariñosa, siempre con una sonrisa, salvo cuando tenía que correr a Varilla y Adoquín para lograr que se bañaran.
Encontramos expresiones propias del idioma del autor en muchos de los diálogos y, de vez en cuando, en la narrativa, pero por lo general es una prosa muy fluida y asequible también para el lector joven español.
Bill Morell incluye el misterio muy pronto en El recinto de las mil cuevas y siendo cada vez más impacientes los lectores y, sobre todo, dirigiéndose a un público juvenil, me parece una decisión muy acertada. Precisamente, nuestra querida Doña Clota ha desaparecido en extrañas circunstancias y esto inquieta a nuestro trío travieso. Esta preocupación les lleva a vivir su primera aventura, muy movida y emocionante, que nos mantiene a grandes y pequeños pegados a las páginas.
Ya tengo una edad para formar parte del target al que va dirigido este libro, pero aun estando pensado seguramente para lectores más jóvenes, a mí me ha suscitado ganas de jugar. Sí, quería jugar a los investigadores y resolver casos rocambolescos como Lucía, Tomás y Santiago: bajar gatos de los árboles, exterminar fantasmas, liberar las lámparas de genios... Estos muchachos parecen los Niños Perdidos de Peter Pan y la obra tiene un saborcito a Nunca Jamás que nos despierta algo por dentro.
En la maquetación de El recinto de las mil cuevas encontramos algunas ilustraciones interiores y mucha imaginación por parte del autor, que se inventa su propia mitología, como Dan-guar, el guerrero de la noche, celador del cementerio perdido. Algo entrevemos llegados la mitad del libro de que habrá bastante componente sobrenatural en él, convirtiéndose entonces esta saga en una historia de fantasía. Lo que parecía muy normal al principio, pronto se vuelve mágico.
Además, en El recinto de las mil cuevas de Bill Morell hay muchos valores positivos como el compañerismo o el amor por la naturaleza y por los animales.
La saga de Los Andaluins tiene andares seguros para convertirse en una serie de libros uruguayos inolvidable. Me ha gustado mucho el planteamiento de este primer tomo, El recinto de las mil cuevas, en el que Bill Morell ha sabido introducir a los personajes y a sus primeras aventuras de una manera muy sensata y entretenida, perfilando a la perfección los misterios, la fantasía y las dosis de acción que vamos a vivir a lo largo de los libros.
1 Comentarios
Esto me pilla muy mayor pero vamos, que generación detrás de mí ahí para endosárselo 😉💋
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