Me parece original que el escritor bajo el seudónimo T. G. Silversmith, haya comenzado por un título tan irónico como Centennials 2047. Leí en The Whashington Post que las generaciones como concepto podían ser herramientas valiosas para contar historias o tomar datos y, nuestro autor, ha hecho lo primero. Su obra parte de la pandemia de 2020 como telón de fondo y expone un escenario bastante peliagudo para las sociedades venideras.
Tenía un poco de miedo cuando comencé a leer este libro de que me embargase la hartura de la pandemia, los virus y los desastres mundiales en general y acabase huyendo de una historia de ficción que vivimos en nuestro día a día, pero el enfoque de T. G. Silversmith es bastante diferente. Primero, hace honor a su título y retrata a los centennials a través de un grupo de amigos con unas personalidades muy diferentes entre sí. Es un libro, básicamente, de personajes. Sus destinos serán determinantes para la obra. Por tanto, aunque el territorio de Centennials 2047 es bastante hostil y nos recuerda un poco a todo lo que hemos vivido multiplicado por mil, son las reacciones de las personas las que determinarán, al final, el argumento.
Sabemos por un amplio capítulo introductorio que nuestro grupo de amigos acaba de salir de un largo confinamiento, situación bastante frecuente, porque el mundo ha cambiado bastante. Después de la primera pandemia mundial de 2020, las crisis sanitarias, sociales, económicas y ambientales se habían sucedido unas tras otras. Los suelos eran estériles, nuevas cepas de virus se desarrollaban en la Tierra, los ecosistemas habían cambiado, se había perdido el 70% de la biodiversidad, el acceso a los mares estaba restringido y las interacciones con personas eran, básicamente, un peligro. De hecho, en este mundo distópico o, más bien, cuasi apocalíptico, se necesitaba tramitar permisos y autorizaciones en el Registro Internacional de Personas Activas para poder interactuar con contactos conocidos y frecuentes.
Centennials 2047 tiene capítulos muy largos que son como las dos caras de una moneda, por un lado, siento que gracias a esta extensión podemos asimilar la información mucho mejor, como el escenario que más arriba os acabo de exponer (que pone los pelos de punta), pero por otro, algunas partes se hacen densas y no son aptos para impacientes. Se necesita, de todos modos, de una narrativa diestra, como la de T. G. Silversmith para captar nuestra atención y sabiendo que bajo este seudónimo hay un Doctorado en Derecho Medioambiental, más una licenciatura en Derecho de la Unión Europea y una persona miembro del Sistema Internacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, nivel 2, entre otros, entendemos por qué no podemos apartar los ojos de una previsión tan milimétrica sobre el posible estado del mundo dentro de unos años, tenga las páginas que tenga el capítulo consiguiente.
La obra va evolucionando a raíz de la inquietud de los protagonistas, quienes comienzan a preguntarse si vivir encerrados y aislados va a ser la tónica de su vida. Entonces, una idea. Y una pregunta: «¿Cómo vamos a hacer ese viaje, Hugo?» Ay, Hugo, el personaje, desde mi punto de vista, más carismático, aunque si algo bueno tiene Centennials 2047 es que T. G. Silversmith ha perfilado muy bien el carácter de cada uno de ellos para ofrecernos todo un escaparate de reacciones, sentimientos, valores, pensamientos y acciones diferentes y diversas como solo podía ser el ser humano.
En esta obra hay bastantes aventuras, así como escenarios, momentos límites, ficción apocalíptica y detalles costumbristas (un poco más «modernos» de a los que estamos acostumbrados), que me impide catalogarla en un solo género. Podría ser una novela sobre ecología y medioambiente (las llamadas novelas ecológicas), una obra post apocalíptica y distópica, un libro de ciencia ficción o una historia de aventuras y supervivencia con mucho detravelling.
Los escenarios son de lo mejorcito de Centennials 2047, muy cinematográficos. De hecho, hace dos noches veía No mires arriba y me acordaba, salvando las distancias porque los planteamientos son totalmente diferentes, del libro de Silversmith.
Los edificios de Manhattan habían añadido más y más escaleras de emergencia en el exterior; la ciudad estaba parapetada tras una muralla, y una réplica de la Estatua de la Libertad, que ya no era posible visitar, se había colocado en el centro del East River.
En resumen, el interés de Centennials 2047 de T. G. Silversmith se encuentra en un grupo de amigos en un mundo hostil que no les ha sobrevenido de golpe, sino al cual ya se han acostumbrado, pero no rendido. Sus inquietudes les lleva a vivir distintas aventuras por diversas partes del mundo y a enfrentarse a cuestiones vitales, emocionales y sociales como si realmente se conocen los unos a los otros. Mientras, el lector irá viajando por distintas ciudades y zonas geográficas que no le son ajenas (Venecia, Manhattan, el Amazonas...), pero sí desconocidas en ese futuro distópico y se va conciencia, a su vez, si quiere y es capaz de empatizar con el texto, de las posibles consecuencias que tendrán nuestras acciones si no empezamos a cuidar ya del planeta.
He entrevista a T. G. Silversmith en Nokton magazine y Diario siglo XXI.
1 Comentarios
¡Qué gran reseña de Centennials 2047! Este libro ofrece una visión fascinante del futuro. Es una excelente oportunidad para fomentar la lectura, animando a explorar más libros que despierten el interés y la imaginación.
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