Reseña del libro «Portadores de almas I: El despertar» de Luz Escaño, el libro que me compré en papel después de leer en digital.

Muchas veces, por temas de economía, comienzo a leer un libro en digital en vez de en papel con la intención de que se quede en ese formato sin mayores contratiempos. Pero lo que no tengo en cuenta es que el gran contratiempo suelo ser yo misma porque, si me enamoro de la historia, la compra será doble, pues el libro en papel vendrá después. Y eso es lo que me ha ocurrido con Portadores de almas I. El despertar, de Luz Escaño, que, de aquí en adelante, como se suele decir en los contratos editoriales (y yo no sé por qué no estáis ya ofreciéndole un contrato editorial de gran alcance a esta mujer), voy a denominar simplemente Portadores de almas.

Lo primero que os quiero explicar es qué es esto de Portadores de almas. Una de mis muchas manías es empezar libros, si puedo, sin leer las sinopsis. Escaño es una autora a la que le ha tocado sufrir mi excentricidad y, por tanto, no tenía claro qué me iba a encontrar. Sabía que estaba ante una saga, de cuatro libros, del género fantástico, pero nada más. Además, sus minimalistas portadas, con esos fuegos de colores, no conseguían transmitirme mucha más información. El comienzo del libro es muy mundano. La protagonista está en una notaría a esperas de que se lea el testamento de su abuela para descubrir que le ha sido arrebatado casi todo. Eso sí, como legado tendrá un gato gruñón y una cajita de música. Ella es Helena y, desde mi punto de vista, comparte con el felino lo del mal humor, así que preparaos para los ácidos comentarios del personaje durante toda la historia. Quizás sea eso lo que engancha en un primer momento: el carácter de Helena y el aire a lo Tim Burton que se respira en la atmósfera, seguramente sin intenciones por parte de Luz Escaño. Lo de Burton tiene que ver con las sensaciones y las caracterizaciones, pues para mí, hay cosas raras desde el primer capítulo que no se pueden explicar y Helena es una mezcla entre Coraline y la mamá malvada de Coraline. Pero estando Helena de parte de los buenos, esto creo que sí puedo decíroslo.

Volviendo a Portadores de almas de Luz Escaño y dejando los referentes a un lado, lo que más importancia ha tenido para mí en esta novela es la cantidad de sorpresas que guarda el texto. Estoy acostumbrada a argumentos más lineales en la fantasía de manera que, una vez que pillas los roles y atisbas el camino, te pones en marcha para hacer ese viaje del héroe tan manoseado. Aquí hay accidentes, voces que te hablan dentro de la cabeza, collares que no se pueden desenganchar del cuello, criaturas que poseen a la gente, espejos que me recuerdan a Alicia en el País de las Maravillas y animales que no son lo que parecen. También hay amor atemporal, personajes de otra época y familiares que, a la mínima, te intentan matar. Además, hay cierta ironía durante toda la historia que te señala directamente con el dedo: «No te ríes mucho que podría pasarte a ti». 

Gaia y a la energía del mundo tienen mucho peso, y las emociones en nuestros personajes son muy importantes. Pueden destruirles o salvarles. El amor está presente durante toda la trama, pero también hay otros sentimientos capaces de despertar los instintos de supervivencia como la ira o la rabia. No olvidemos que nuestra protagonista está muy enfadada. 

La forma de escribir de Luz Escaño es muy liviana y magnética. Es decir, es una prosa sencilla de seguir y tiene una personalidad propia que te atrapa desde la primera hasta la última página. Quiero evitar frases eslogan, pero es que me están saliendo solas con la reseña de Portadores de almas. Me gustaría ejemplificar esto que os digo sobre la escritura de Escaño con la cajita de música. Cuando presenta este objeto, que tiene un significado especial en la trama, lo describe de forma lenta, pero inexorable, hasta que revela de qué está hablando, de manera que no podemos aguantarnos ya las malditas ganas de conocer el objeto en cuestión, ¿me explico? Y esto lo hace a menudo. Termina los capítulos como si disparase a matar, y como te entre pis entre uno y otro, más te vale llevarte el libro al cuarto de baño o no te vas a aguantar (el pis quizás sí, pero pasar al siguiente capítulo no). Otro ejemplo podría ser cuando describe escenas agobiantes, ya que es ahí, en las situaciones límite o difícil de los personajes, donde más se necesita una mano diestra como la de Escaño para hacernos formar parte de toda esa marabunta de sentimientos asfixiantes.

Si lees Portadores de almas de Luz Escaño en el Kindle verás que hay subrayados populares de las mejores frases de la autora y  coincido con la mayoría, aunque yo he añadido las mías propias. 

Mis momentos favoritos han sido muchos, pero conocer a las guardianas está en mi top. Creo que Portadores de almas es una saga de esas para fangirlear, y no se parece a nada que haya leído antes. Es verdad que hay cosas que se pueden mejorar, sobre todo cuando se trata del primer libro de un escritor o de una saga, pero yo no tocaría nada por miedo a que las piezas, esas que tan bien encajan ahora mismo, se descoloquen. Con Portadores de almas he sentido miedo, me he reído, he vivido el Amor y me he embarcado en más aventuras que si me hubiese dado un paseo a una civilización antigua con Indiana Jones, así que me quiero quedar aquí.

En este momento en el que estoy ya echando el cierre a la reseña, también clico sobre el botón de «Comprar ahora» del libro en papel de Portadores de almas. El despertar de Luz Escaño. Una saga sin duda que debes comenzar si eres amante de las series de libros y de la fantasía. Una novela que me gustaría recomendarte si amas la literatura. ¡Estoy deseando continuar con la segunda parte!