El 31 de agosto finalizó la fecha de inscripción del Premio literario Amazon Storyteller 2021 y, con él, la posibilidad de presentarte para ser elegido finalista o ganador del mismo. Sin embargo, como ya he dicho en otras ocasiones como ¿Continúa tu promoción del Premio Amazon en septiembre?, no creo que el concurso y tu obra se acaben ahí. Realmente, hasta que publiquen a los finalistas, sigues jugando junto al resto de tus compañeros.
Este año he tenido la oportunidad de leer novelas que me han gustado mucho. Siento que, con cada concurso, el nivel de las obras presentadas es superior y, además, los autores tienen muy integrado el concepto de profesionalidad hacia su obra. Portadas especialmente cuidadas, correcciones ortotipográficas, historias que no tienen nada que envidiar a las de las editoriales tradicionales... Enorgullece la calidad que se puede encontrar en la autopublicación y el Premio Amazon es una fecha muy especial para poner en relevancia este hecho.
El banco de los secretos, de Gaia Jiménez, es la última novela que he reseñado y no puedo por menos que destacar el intricado y emotivo argumento que ha creado entre sus páginas. Una novela sobre las sombras de Hollywood y sobre la parte más pobre de Los Ángeles solo se puede encontrar en este fabuloso concurso. Además, Gaia hace una fuerte crítica social, cuenta una bonita historia de amor y nos engaña a todos vilmente con alguna que otra parte de su libro. ¡Es alucinante!
El regreso de veteranos y premiados como Rubén Azorín y Juan Vicente Azorín, finalistas con La torre tesla en 2017, es como pedir un bis en un concierto. Los autores han vuelto al Premio literario Amazon Storyteller 2021 con La campana nazi, en donde el detective Halcón tiene un nuevo caso que resolver. Los conocimos aquí y seguimos apoyándolos aquí, en una plataforma que ya es como su casa. Por seguir con la metáfora musical, Rubén y Juan Vicente son como ese grupo que vuelve a tocar en su propia ciudad.
Otra de las mejores cosas del concurso es descubrir a nuevos escritores. Gaia Jiménez es uno de ellos, pero también Maira Varea. Autoras que nunca antes habían publicado en Amazon y que, sin embargo, aterrizan con una fuerza descomunal. El último rayo de luz de Maira Varea me tuvo pegada a sus páginas durante semanas, sintiendo cómo mi corazón bombeaba y se calentaba gracias a ese sol y a esos paisajes mallorquines que estaban dispuestos a disipar las sombras de una protagonista creada para enviar un mensaje a todas las niñas del mundo: los monstruos que os destrozaron en el pasado, no podrán alcanzaros en vuestro presente. Gracias, Amazon, por acoger este tipo de obras y convertiros en altavoz.
También me perdí entre viñedos con el libro Tú y yo, entre viñedos, de Clarama Vilcast, un chick lit muy divertido que pone bastante color a las listas del premio. Hemos hablado largo y tendido acerca del género, así como de la romántica o de la comedia femenina, en un debate conjunto que tuvimos junto a otras autoras en el instagram de mi revista literaria La Reina y Clarama formó parte de él. Una de las cosas que más me gustó de Clarama es que, desde un principio, siempre recalcó que su obra era un chick lit, y no un romance. Ella quería que esto quedase claro porque las diferencias son sustanciales. La obra de Vilcast se centra en la mujer protagonista y en sus circunstancias y el amor puede o no llegar. Este premio nos ha permitido hablar sobre ciertos géneros concretos y eso me gusta muchísimo.
Un thriller en el Premio literario Amazon Storyteller nunca puede faltar. Este es el caso de ¿Dónde está David Melmoth? de Manuel Vicent que ha batido el récord de novela que más expectante ha tenido a los lectores. Bueno, estas estadísticas se basan en mis grupos de lectores, que se engancharon rápidamente a la obra, creándose un gran fenómeno fan alrededor de ella, pero creo que si lo llevásemos a un círculo más grande, obtendríamos el mismo efecto. La adicción que produce esta obra es lógica. Imagínate que un día llegas a casa y tu marido ha desaparecido sin dejar rastro. Vale, hasta ahí el argumento me suena. Pero imagina que tú eres un poco como la protagonista de Cisne negro y que tu marido está metido en cosas raras. A eso súmale que a Manuel Vicent le mola muchísimos el cine y que toda la obra es un guiño a un libro y a una película muy famoso. La cena está servida, niños.
Por otro lado, dentro del género negro, estuve intentando pronunciar eso del country noir con La madre de todas las ciencias de Cristina Grela. Se me suelta la lengua sobre que puede ser una de las candidatas a finalista, pero no es la única que está en mi cabeza, así que este año no me pienso mojar el culo con el tema. La novela es muy entretenida y pone en relevancia una corriente literaria a la que estamos menos acostumbrados. Como poco, para tener en cuenta.
Y volviendo a los veteranos tenemos a Marta Sebastián, fiel seguidora del Premio, de Amazon y de la autopublicación, la autora que se raja la camisa si hace falta para defender a ultranza a sus compañeros de letras y que no ha dejado de escribir desde hace ya unos cuantos añitos desde que todo esto comenzó. Cada concurso y cada publicación, Marta se supera. Su corrector ortotipográfico siempre me dice lo mismo: «Esta es la mejor obra de Marta». Y yo le respondo: «Cariño, todos los años me dices que X es la mejor novela de Marta (Sí, estamos enrollados)». Pero lo entiendo. Sé a qué se refiere. Marta, en cada publicación, da siempre lo mejor. Por eso Miedo en directo es una de las mejores obras que podéis encontrar en el premio. Lo dice su corrector en bucle.
Otro género literario que el escritor Federico Supervielle defiende a capa y espada es el thriller militar. No nos sorprende que Fede sea entonces oficial de la Armada Española y que su libro, El submarino del narco, además de tener una increíble aceptación entre lectores especializados del género y de lectores amantes de la aventura en general, esté enseñándonos tanto de una realidad que desconocemos dentro del concurso. Tenemos un concepto un poco arcaico de lo que es un pirata y, alguien como Supervielle que se ha enfrentado a ellos, puede actualizárnoslo bastante. Ahora mismo, El submarino del narco está en una excelente posición y me consta que es un bombazo. Hasta Pérez Reverte se lee los libros de Fede. ¡Qué más se puede pedir!
Por último, la locura fue, realmente, con Elsa Jenner. Habrá quien piense que lo que le ha ocurrido a esta autora es una farsa o que tenía toda una estrategia preparada, pero hablo en primera persona cuando aseguro que ni ella, ni yo, ni nadie, esperaba lo que iba a ocurrir. De hecho, tuvimos una conversación muy clara los días antes de su publicación en donde me aseguraba que solo sería capaz de resistir en una posición decente dos semanas. Pero resulta que Elsa Jenner ha encabezado las listas del premio, ha estado en los primeros puestos de categorías súper chungas como romance y en el top general de la Tienda Kindle durante más de cuatro meses. A día de hoy, es una de las obras que más comentarios tienen y una de las historias que más están gustando. Yo flipé cuando tuve Mil veranos contigo entre mis manos. No podía soltarlo y me devolvió la confianza hacia las historias de romance realistas, sanas y de amor propio.
Y, aunque estas han sido mis lecturas veraniegas del Premio Amazon, me dejo fuera un montón de libros que quería haber leído y que no he podido por falta de tiempo. En mi defensa de que el concurso no termina el 31 de agosto, continuaré con la lista de lecturas que tengo pendientes hasta que sea necesario. Además, muchas de ellas también podrían ser finalistas y lo sé sin ni si quiera leerlas.
Empiezo con la obra que más tarde he conocido y una de las que más ganas tengo de leer: Tal como eres de Eduardo Díez. Me llama poderosamente la atención esta obra y, ahora mismo, está en la primera página del Premio.
Me gustaría leer también algún libro de Susana Herrero que es una autora de la que me han hablado mucho y cuyas novelas no dejo de ver por las redes.
Alissa Brönte, una prolífica escritora, presentó Cluaran Dubh al concurso y yo lo tengo entre mis pendientes.
La isla congelada, de Mónica Gómez, porque si hay una escritora trabajadora y que se preocupa por sus obras, es, sin duda, ella.
A Pablo Póveda de una vez por todas. Todo un referente. El último adiós es la novela que presenta al premio este año, pero podría empezar leyendo cualquier otra.
Una autora revelación que no debemos perder de vista: mi querida Beatriz Fiore con El misterio de la caja verde. Beatriz es sensibilidad pura y sé que en su libro ha encerrado parte de su esencia, así que no sabéis la rabia que me da no haberla leído dentro del plazo de concurso. Disfrutaré del libro igualmente.
Riverview de Álvaro González Alondra. Hemos tenido el placer de corregir y maquetar esta novela y, por ello, descubrir un pedazo de historia, pero tenemos pendiente disfrutarla como lectores y no como profesionales.
Todo es ya historia, de G. G. Velasco. Por supuesto. A ver si nos llevamos una alegría como con Nadie vendrá a rescatarnos.
En mitad del invierto, de Rachel Ripley, que yo sé que tiene todo para ser finalista, y que estoy a punto de terminar.
No hay crímenes en Tristán de Acuña, de Alberto Val, porque leí Purgatorio y me moló mogollón.
Alguna de las novelas que ha presentado Ager Aguirre y que no me extrañaría ver como finalistas tampoco.
Y ahora voy con dos autoras en el mismo párrafo. Deseaba con fuerza leer sus libros dentro del plazo del concurso y tenerlos en papel en mi biblioteca, así como dormir abrazada a sus historias, pero, por cosas de la vida, de la fugacidad del tiempo y de las obligaciones diarias, no he podido. Una de ellas es Adella Brac, amiga, apoyo, que, sin embargo, no influye para que diga que su historia, Hadas errantes, me tiene babeando de ganas. La otra es Esther Magar, una mujer impresionante a la que todavía no he descubierto entre sus letras, pero de la que ya me fío como escritora. Ella ha presentado al premio Las semillas del rencor.
Por último, la novela romántica, Solo podías ser tú, de Constanza Chesnott me tiene muy intrigada, pues prescinde de ese componente histórico al que nos tiene acostumbrados.
Y no me quiero ir sin recomendar Los hijos de Eva de Manuel Dorado o Miradas de humo de Pilar González, que he tenido la oportunidad de leer por otra cuestión de la vida ;)
2 Comentarios
Que quieras dormir abrazada a mi haditas es lo más bonito que me han dicho últimamente ❤️
ResponderEliminar¡Abrazo grande!
¡Y a ti si se puede! ¡Gracias, guapa!
Eliminar¡Muy importante! Antes de rellenar el formulario de comentarios revisa nuestra política de privacidad. No comentes ni rellenes ningún formulario si no estás de acuerdo con ella.
G R A C I A S por leer mis publicaciones y querer compartir tu opinión conmigo. Eres muy importante en mi Reino.