«La isla del durmiente» de A. D. G. Bufi, una novela de fantasía laberíntica con un dragón muy enfadado.

La isla del durmiente de A. D. G. Bufi es el primer libro de una saga de novelas de fantasía y aventuras. 

Últimamente, estoy un poco exigente con los géneros muy concretos pues, dado que por trabajo me paso el día leyendo y que por amor al arte también, me cruzo con libros que, en muchas ocasiones, parecen casi idénticos. Y si, además, el género es muy sólido, con elementos comunes en la mayoría de historias, los argumentos se tornan casi gemelos. Así que me adentré con un poquito de miedo en La isla del durmiente.

Lo primero que me sorprendió de La isla del durmiente es su estructura. Cada capítulo se divide en pequeñas historias y escenas de distintos personajes, de manera que hay una estructura coral dentro de cada capítulo. Estas escenas corales son los que crean el puzle argumental que iremos desentrañando.

Lo segundo que me gustó fue la forma de escribir a A. D. G. Bufi. Muchísima calidad literaria. En el género fantástico mostrar un despliegue imaginativo es imprescindible. El lector tiene que flipar en colores con los mundos que el autor ha creado, así como con sus personajes, seres fantásticos y cosmología en general. 

El argumento, sin duda, es atractivo. La muerte de un dragón, hijo de otro dragón legendario, hace que este último desee venganza. Pero, en vez de arrasar la isla de los personajes de la historia, les pone una condición: que encuentren una serie de objetos que están desperdigados por diferentes partes del mundo que A. D. G. Bufi ha construido. En estas aventuras se encontrarán con seres oscuros y pruebas difíciles. 

Me detengo en esta parte del artículo porque, como ya expuse en la reseña de Crónicas de Gabriel de Miquel Ángel Lopezosa, a veces clasifico a las novelas de fantasía en dos grandes grupos: las de desbloqueo de logros, como un videojuego y las novelas en espiral, más complejas y laberínticas. La isla del durmiente podría incluir ambas clasificaciones porque, aunque esto de encontrar objetos perdidos es un clásico en la literatura fantástica, lo hace con un esquema coral muy laberíntico. Es decir, no es una novela en la que consiguen un objeto, les dan unas palmaditas en la espalda y pasan al siguiente nivel del juego en donde consiguen el siguiente objeto y así sucesivamente, sino que hay muchas bifurcaciones inesperadas.

También, me gusta la presencia de dragones. Es un animal mitológico muy poderoso en nuestro imaginario y le otorga ese aire legendario al género, como si este hubiese sido transmitido generación tras generación desde un mundo en el que aún se creía en la magia. Otra novela que me cautivó por su dragón fue Donde lloran los dragones de Ismael Contreras.

Por último, especial mención a la edición de El libro del durmiente de A. D. G. Bufi, realizada por Doce Calles, en tapa dura, con ilustraciones, una bonita maquetación y mapas para que nadie se pierda durante el viaje a la tierra de Elaurin.