Decía Miguel Delibes que la infancia es la patria común de todos los mortales, y, siendo esto tan cierto, me atrevería a decir que todos tenemos un pedazo de nuestra patria en Egipto. Más concretamente en el Antiguo Egipto. Porque, ¿quién no estaba absolutamente fascinado de niño con la cultura de los jeroglíficos y las pirámides? Aún recuerdo cómo mirábamos embobados aquellos dibujos en los libros, representando las paredes del interior de las pirámides decoradas con coloridísimos dibujos, mientras los mayores contaban decenas de teorías descabelladas sobre su construcción.
Pues precisamente de eso va el libro de hoy, de pirámides, en concreto de una, la primera, la que sirvió como modelo para todas las que vinieron después y la que tuvo el honor de ser la gran creación de uno de los genios más misteriosos de la historia: Imhotep, el Da Vinci de la Antigüedad. A este poderoso ingrediente hay que sumarle los viajes en el tiempo, la arqueología o las tormentas en el desierto.
UN AUTOR EXPERIMENTADO
La pirámide dormida es la novela con la que Miquel Àngel Lopezosa participa en el Premio Literario Amazon Storyteller 2020. El autor barcelonés ya tiene experiencia en el género con p53, novela con la que participó el año pasado y que cosechó muy buenas críticas, y anteriormente con la saga Crónicas de Gabriel. Un rasgo que destaca en su obra es que suele elegir la ciudad de Barcelona para la ambientación; no obstante, para La pirámide dormida ha escogido como escenario el país del Nilo, si bien los arqueólogos protagonistas sí son de su tierra. Un guiño a sus orígenes que es, como decimos, común en toda su obra.
EL ENIGMA DE LA TUMBA DE IMHOTEP
El punto de partida es un equipo de arqueología de la Universidad de Barcelona que está trabajando en Egipto buscando la tumba del legendario Imhotep, un personaje tan interesante como enigmático, que ha pasado a la historia por su destacada labor en muchos campos, aunque si tuviéramos que citar uno solo tendría que ser la arquitectura. En efecto, Imhotep es el primer arquitecto del que se tiene constancia, el primero que «firmó» su obra como tal, por así decirlo, y esa obra fue la pirámide escalonada de la necrópolis de Saqqara, la que construyó para el faraón Djoser, o Zoser, hace más de 4600 años.
A través de las páginas de La pirámide dormida, recorremos momentos de la vida de este brillante personaje, nos sumergimos en el calor de las tardes de Menfis o en la algarabía de unos festejos en honor del faraón. Conocemos a su nieta Iset, una inquieta muchacha de gran inteligencia que tiene, aunque no lo sabe todavía, un destino en común con la otra protagonista femenina de la historia, la arqueóloga Sisi, aunque a miles de años de distancia de ella.
Sobre los hombros de las dos mujeres recae el peso de la historia, aunque obviamente hay sorpresas, y con ellas vamos descubriendo la verdad que hay detrás de esta emblemática construcción. Pero no podemos dejar de destacar el papel de Imhotep, cuya sabiduría y enseñanzas impregnan toda la obra, y esa licencia poética que se toma el autor, cuyos personajes descubren uno de los secretos más cotizados de la arqueología: el paradero de la tumba del gran arquitecto. Al fin y al cabo, una de las cosas que más gustan de la literatura de ficción histórica, que es la más demandada en nuestro país, es esa mezcla del rigor histórico y las licencias poéticas.
FICCIÓN Y RIGOR A PARTES IGUALES
El propio autor ha comentado más de una vez que el proceso de documentación previo tuvo gran peso en la preparación de la novela, y eso se nota en cada descripción. No se trata de inventarios tediosos de materiales en cada casa o cada dependencia del palacio del faraón, sino de una descripción del ambiente, de ciertas costumbres de la gente incluso, o del uso que hacían de los espacios públicos, que consigue meter al lector en la escena. En mi opinión, todo un acierto de Miquel Àngel Lopezosa, porque además le aporta credibilidad a su historia. Esto lo digo porque en este libro hay viajes temporales, y si la parte de ficción es tan elaborada, pero no lleva en contrapartida una solida documentación, cojearía un poco y no podría ser considerada ficción histórica, sino tan solo ficción. Encontrar el equilibrio cuando se maneja más de un género es difícil, desde luego, y en este apartado creo que el autor se ha desenvuelto más que bien.
Por si todo lo que llevamos comentado hasta ahora fuera poco, hay que destacar las preciosas ilustraciones que adornan el libro y que son obra de Javier Arroyo, ilustrador de cabecera de este blog.
LITERATURA CONTRA LOS ESTEREOTIPOS
Para terminar, quisiera comentar un aspecto que me parece muy positivo de las obras de Miquel Àngel Lopezosa, y es el papel que les reserva a las mujeres en ellas, tan alejado de convencionalismos. En realidad habría que hablar, más bien, de personajes no normativos, pues en su anterior novela, p53, nos encontrábamos con una mujer trans en uno de los papeles protagonistas. La pirámide dormida está protagonizada por dos mujeres, que no necesitan ser salvadas ni se pasan toda la novela camelándose al héroe, ni ningún otro de los clásicos tópicos machistas. Me parece que es de agradecer que esta tendencia se vaya imponiendo cada vez más en la literatura.
He dejado un dato para el final, no por ser menos importante sino por necesaria modestia, y es que he tenido el inmenso placer de prologar este libro, así que mi deseo de que os guste ahora es por partida doble. Mi recomendación personal es que os dejéis atrapar por esa fascinación única que desprende el Antiguo Egipto, ese pedacito de nosotros mismos que permanece dormido, como esta pirámide, a la espera de que el estímulo adecuado lo despierte.
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