Cuando se habla del esperpento, se le relaciona automáticamente con la figura del escritor Ramón María del Valle-Inclán. Sin embargo, este género ya existía antes del autor español, pero fue él quien lo contextualizó y popularizó, por lo que, realmente, las características que conocemos del género son las que a partir de 1920 se identificaron con la producción literaria de Valle-Inclán.
En qué debe fijarse un escritor si quiere cosechar dicho género es algo que veremos en este artículo a groso modo. Me hice esta pregunta al toparme con una obra moderna con unas fuertes características esperpénticas, Labrador de medianoche de Juan Francisco Marín. Como no es muy común encontrar este género entre las novedades de libros, decidí prestarle especial atención.
Según la DRAE de 1970, las principales características para escribir esperpento, son:
- Deformar sistemáticamente la realidad con intención crítica.
- Exagerar los rasgos grotescos y absurdos de la misma.
- Usar un lenguaje coloquial y desgarrado, a veces, cínica y burlesca.
En palabras de Valle-Inclán, el esperpento es una forma de poesía, una forma de crear de una determinada manera y, veremos, cómo es cierto que el esperpento, el cual parece una sátira a priori, es, en realidad, un pozo sin fondo lleno de significados y críticas encubieras.
CÓMO ESCRIBIR UN ESPERPENTO.
Para introducirnos en el esperpento, os cuento de qué trata la novelette, Labrador de medianoche, de Juan Francisco Marín. Un abogado sin oficio, Paco, se adentra una noche en un cabaret por una oferta de trabajo y, en un giro de los acontecimientos, empieza a entonar el canto de «¡Ay, labrador! ¡Labrador de medianoche!» deslumbrando a la doña del local y a un enano con lentejuelas. A partir de entonces, un elenco de variopintos personajes se van cruzando con disparatadas situaciones que, sin embargo, encajan a la perfección en el rompecabeza del libro.
PERSONAJES
Si el escritor desea escribir un esperpento, en primer lugar, tiene que elegir muy bien a sus personajes. La degradación de los personajes es una condición necesaria para cultivar el género. Es decir, personajes decadentes. En muchas obras, también, se les suele cosificar, reduciéndolos a signos (que representen algo en concreto) o, incluso, se les fusiona con animales.
Cualquiera de estos personajes puede formar parte de tu novela esperpéntica: borrachos, prostitutas, pícaros, mendigos, bohemios, artistas frustrados...
Y no hay que olvidar los complementos. Cuando se eligen los personajes de una novela, estos deben tener una personalidad, unos defectos, algunas manías, rutinas, hábitos, sueños... En el esperpento, los detalles cobran más importancia que nunca, sobre todo, si son malos.
Por ejemplo, en Labrador de medianoche, Paco, nuestro abogado sin oficio en sus horas bajas (un profesional frustrado, decadente), es aficionado al anís. Bebe anís hasta caer de espaldas. Y le gusta hacerlo en un bar en donde el camarero tiene un extraño tic: estrellar un vaso de cristal contra la pared después de servirle. Doña Rosa, la dueña del cabaret, viste con elegancia. La elegancia del chino de la esquina. Estos son detalles cutres que embellecen la obra fea del esperpento. Podría dedicar muchas más líneas a describir todos los detalles que tienen cada uno de los personajes de Labrador de medianoche: una mujer entrada en carnes que se pinta los labios de rosa furcia, una lotera que no para de decir palabrotas, la adicta a las tragaperras enamorada de Paco... Todos los personajes con su molesto complemento.
LENGUAJE.
El lenguaje que se usa en el esperpento es bastante coloquial y hacen mucho uso de los contrastes. Es decir, ir de extremo a extremo. Esto me recuerda a otra escena de Labrador de medianoche, en donde una lotera pobre, la de las palabras malsonantes que te he contado antes, que insulta a la gente para que le compren un boleto mientras su hijo pequeño les hurga en los bolsillos, se contrapone a un viandante que aparece y se presenta como descendiente de un rey, noble de alta alcurnia.
AMBIENTE.
El escritor puede elegir cualquiera de estos escenarios para su novela y podría encajar a la perfección con el esperpento: una taberna, un burdel, un antro, una callejuela sucia... O un cabaret.
Dado que una de las máximas del esperpento es distorsionar la escena exterior, el escenario elegido es muy importante. Podríamos preguntarnos, ¿por qué ambientes, también, decadentes, en vez de deformar lugares idílicos? Porque el esperpento está fuertemente ligado a la crítica social y a la lección moral, por lo que comienza siempre desde lo más bajo y sucio de la sociedad.
Bien sobre el ambiente, sobre los personajes o bien sobre ambos, el escritor debe, además, caricaturizar y burlarse de lo que ocurre, lo cual, es otra forma de distorsión.
A veces, también se da una mezcla entre realidad y pesadilla. El esperpento roza el surrealismo, como veis.
TRES ELEMENTOS Y VALLE-INCLÁN.
Con estos tres elementos, se puede construir fácilmente una novela esperpento. Escoge personajes decadentes y excéntricos, y añádele muchos detalles feos y deprimentes. Elige un escenario poco recomendable y crea en él situaciones inverosímiles, deja volar tu imaginación. Cuida que el lenguaje no sea redundante ni rimbombante, tiene que ser llano y cercano. Aunque, si de verdad quieres crear una obra esperpéntica, lee mucho y de forma muy repetida (aunque sea una misma obra) a Valle-Inclán.
Nos falta algo en este texto que encontramos, precisamente, en la obra de Valle-Inclán y que dota al esperpento de una mayor calidad: los cambios continuos de escenario y la profusión de historias que se van cruzando.
Las novelas de esperpento no son estáticas, no suceden en un sitio cerrado como en Breve crónica de una paulatina desaparición de Juliana Kálnay, un libro que por su rareza podríamos etiquetar (erróneamente) de esperpento. El esperpento se mueve, se pasea. Y es que, solo el movimiento, puede dar ocasionar nuevos intercambios y nuevas historias.
Así pues, además del escenario principal, estaría bien que se seleccionéis otra serie de escenarios para que se vaya rotando por ellos.
Y, la parte que, a mi parecer, es más complicada, consiste en cruzar historias. Cruzar las historias de todos esos personajes raros que parecen hiperactivos dentro de la obra. Me encanta cómo, en Labrador de medianoche, se solapan planos en donde, por ejemplo, mientras Paco se echa sus cánticos nocturnos y atrae a parte de la audiencia a un lado de la sala, Carmita entra en ese momento al cabaret por otro lado y nota el revuelo a su derecha, pero se dirige a otro punto del escenario con una historia paralela. Están ocurriendo cosas simultáneamente que se enlazan y desenlazan.
Quizás un plano visual, en este momento, nos vendría bien antes de crear la historia.
DISTORSIÓN O REALIDAD.
Y, para aquellos que quieran adentrarse en un nivel avanzado de esperpento, cread una novela con un planteamiento muy potente y muy característico de Valle-Inclán: consigue que el lector, al terminar el libro, no sepa si lo que le has presentado en él es algo deformado o es la pura y dura realidad ;)
¿Quién se atreve?
1 Comentarios
Un artículo genial, Eva. Me atrevería a elevarlo al grado de masterclass. Hoy descubrí tu blog y llevo un buen rato paseándome por los diferentes contenidos. Tengo la sensación de haber encontrado un tesoro. Me detuve para contestar a la pregunta que formulas al final: ¿Quién se atreve? Yo me atreví sin pretenderlo. Sabía que mi ópera prima era un tanto esperpéntica, pero después de leerte más valdría que incluyera la etiqueta «esperpento» en mi estrategia de marketing.
ResponderEliminarAl final del artículo, describes el efecto que genera el buen esperpento en el lector. Te cito: «... consigue que el lector, al terminar el libro, no sepa si lo que le has presentado en él es algo deformado o es la pura y dura realidad». Es posible que lo haya conseguido, pero tengo la novela en prenventa en Amazon y no lo sabré hasta que lleguen las valoraciones.
Muchas gracias, Eva, por compartir tu sabiduría. Seguiré explorando tu reino.
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G R A C I A S por leer mis publicaciones y querer compartir tu opinión conmigo. Eres muy importante en mi Reino.